viernes, 19 de octubre de 2012

Construcciones discursivas sobre los jóvenes: estereotipos y desatención de derechos

Por: Yohana Paola Sosa y María Laura Pepe
Fte: REVISTA ExT   ISSN 2250-7272




La ley nacional 26.657 de Salud Mental propone que “las adicciones deben ser 

abordadas como parte integrante de las políticas en salud mental” por eso 

nuestra propuesta de trabajar los derechos que se desprenden de las leyes de 

salud mental con los grupos terapéuticos del Programa del Sol. Además 

nuestra propuesta en el proyecto de extensión se plantea desnaturalizar 

prácticas de los servicios de salud y estereotipos sociales que ubican a las

personas como sujetos de “no derecho” (dentro del ámbito de la salud 

mental), pero en la práctica tuvimos que comenzar antes con otras 

cuestiones. Esto debido a que las personas con las que trabajamos en los 

talleres antes de ser personas con consumo problemático de drogas son 

jóvenes (hombres, mujeres) insertos dentro de un entramado socio-cultural 

que los moldea, los condiciona, los estructura de modo imperceptible y por 

eso poderoso. La identidad, el lugar que ellos ocupan en el mundo se 

evidencia como un espacio de incertidumbres donde “otros” (familiares, 

amigos, vecinos, los medios, la sociedad) aparecen con un peso enorme para 

llenarlo de certezas. ¿Cómo dicen los otros que soy? ¿Cómo quieren que 

sea? ¿Cómo creo yo que debo ser? ¿Cómo creo que soy? Por eso antes de 

trabajar con estereotipos y derechos en salud mental debimos problematizar 

las definiciones y los lugares que esos otros asignan a los jóvenes con los que

trabajamos. Se realizaron actividades tendientes a reflexionar sobre el rol

social concedido a las mujeres, sobre las concepciones que circulan sobre las

mujeres que presentan consumo problemático de drogas. También se 

problematizó la construcción social de la seguridad/inseguridad y se 

identificaron las características que la sociedad asocia a la persona peligrosa y

sobre la construcción que los medios realizan respecto a todo lo anterior. 

También se trabajó sobre los derechos de los jóvenes desde la “Convención 

Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes”. El énfasis en este proyecto se

 encuentra en trabajar sobre los procesos de construcción discursiva que 

operan en diferentes niveles y que asignan a las mujeres, al marginal, al 

joven, a la persona con problemas de drogas un lugar, un ser y/o un deber ser 

único y desvinculado de toda situación económica, social y política. 

Trabajamos sobre que lo peligroso, lo violento, lo feo… no es propiedad de 

ninguna persona en particular si no que son productos sociales y culturales y 

de esa manera deben comprenderse.